(SÃO PAULO, BRASIL). Camino a diario frente al rascacielos de la imagen. También junto al hombre tumbado en primer plano, pero eso sólo lo supe ayer. Los contrarios se copertenecen en la urbe más grande del Hemisferio Sur. Es la cruel paradoja de estos tiempos, que prometen igualdad y fabrican narcóticos costumbristas. El hombre echado al Sol frente al 2100 de la avenida Paulista pudiera ser muchas cosas. Quizá un anacoreta despistado, tal vez un juerguista al que no sentó bien la última copa, por qué no un poeta de verso suelto, un okupa original o incluso un empresario en su hora de descanso. El hombre echado al Sol frente al 2100 de la avenida Paulista pudiera ser muchas cosas. Lo más probable, empero, es que sea un sin hogar con sueño de mejores épocas. Sólo lo supe ayer: Cada vez que el progreso crece en São Paulo, la humanidad mengua miles de kilómetros.