La vida de Marlene García es un momento efímero entre dos eternidades: la muerte de sus dos hijos “por crímenes de Estado todavía impunes”. Ya desde la primera eternidad, Marlene comprendió que nunca dejaría de clamar justicia.
Las víctimas exigen participar en los diálogos de paz de Colombia
(Hemisferio Zero, 13-03-13, Colombia)