Son el nuevo boom de la economía portuguesa. Miles de parados españoles han encontrado un hueco en los centros de atención de llamadas, pero denuncian explotación y horarios imposibles. Algunos hablan incluso de “esclavitud moderna”.
Españoles en la trituradora de los call centers portugueses: “En 15 días lo tuve que dejar”
(El Confidencial, 17-02-15, Portugal)