(CIUDAD DE MÉXICO). La humanidad se merece la existencia de otros mundos posibles y para ello precisa sentirpensarlos. La necesaria cuestión de abrir el sistema a vidas plurales que también merecen la pena ser bien vividas exige aprehender críticamente las dimensiones de lo dado con una teoría suficiente. Sumergirse en las cotidianeidades y las intrahistorias de quienes sufren desemboca precisamente en la exigencia de transformar tanto las filosofías como el mundo hegemónico. Que el marco referencial sea la globalización capitalista neoliberal de la civilización científico-técnica no impide imaginar otros mundos posibles con las cartografías que proponen tradiciones más allá de la norcéntrica, en una transformación no-excluyente de múltiples caras. La realidad no se resume en lo visible ni en lo existente.