(ARUSHA, TANZANIA). Todo lo que es sólido se esfuma en el aire. Mil chelines tanzanos, un desayuno local con chapati (pan cocinado al estilo creps) y chai (té) incluidos, son cincuenta céntimos de euro. Pero me pregunto cuánto cuestan exactamente los cincuenta céntimos de euro. Las cosas cuestan lo que cuestan. La putada es que vivimos en un mundo en el que las matemáticas son lo más políticamente exacto. Y no es verdad, porque de ser así los cincuenta céntimos de euro valdrían lo mismo a un lado y a otro del charco. Es una cuenta con múltiples resultados, breves si los quieres breves, largos si los quieres largos. A decir verdad, no deseo calcular nada; no me parece un método correcto. Y además, estas líneas no valen ahora ni valdrán luego más de lo que antes valieron.