«Todos llevamos esa nota escrita en el revés de los sobres, en las esquinas de periódicos, en tiques de autobuses usados o sin usar, donde hemos escrito una frase que en un momento nos pareció una nueva relevación del mundo, o del alma humana, y que luego volveremos a encontrar convertidas en pelotitas de cartón piedra, molidas por las aspas de la lavadora eléctrica, maceradas por el jabón, petrificadas por la plancha».

Al fin, he conseguido transcribir esto que tenía escrito, con esa letra mía que cada día es más incomprensible, en una hoja tamaño cuartilla de un color rosa chicle que averigua de dónde he sacado. Y ahí la tenía, en mi agenda (cuadernillo de tareas e ideas que luego me cuesta releer) metida desde hace meses. Ahora lo leí (no me inspiraba para comenzar un reportaje -qué complicado es encontrar una buena frase de inicio, por cierto-) y descifré.

Está sacada y anotada, como si fuera metaliteratura (o metalectura), del libro Notas de prensa de Gabriel García Márquez, que volví a leer hace unos meses. Nunca me canso de leer al gran maestro (confieso que cuando me aburro cojo Cien años de soledad y me pongo a leer al azar; siempre descubro algo nuevo). Y esta relectura ha sido satisfactoria porque he podido visualizar parte de sus crónicas: cuando habla de Edén Pastora, a quien conocí en Nicaragua y con quien interactué como un auténtico rifle lanzapreguntas; o cuando narra sobre Portugal (mi actual casa); incluso cuando redescubro, en un texto titulado ‘Comisión de Babel’, que formó parte de la comisión que realizó el Informe MacBride.

Todo eso lo tenía apuntado en un papel rosa, en la que también ponía que esa ilusión de anotar cosas en esquinas de hojas varias era una «ilusión lírica» para Mitterrand (muchas veces nombrado en Notas de prensa).

Y mientras me llega la inspiración, disfruto con Gabo (así me pilla trabajando).

«En aquella travesía del desierto comprendí que no había un acto más espléndido de libertad individual que sentarme a inventar el mundo frente a una máquina de escribir», palabra de maestro.