(BERLÍN). Aun a riesgo de parecer anecdótico, de Lisboa a Berlín hay un supermercado de diferencia. La distancia engloba sin embargo una actitud ética de las más complicadas. En Portugal, entras, eliges y esperas. Fazes fila. Lo que más pasa después es tiempo (indefinido). Diga lo que diga el dicionário, ‘compra rápida’ implica una contradicción de términos. Esa misma espera es un traje mal hecho en el Wörterbuch. En Alemania, entras, eliges y te-las-apañas-como-puedes-para-seguir-la-velocidad-de-l@s-dependient@s. Gleich. Meter-en-bolsas-los-productos-mientras-los-registran es, en verdad, un deporte del que sólo salen con éxito quienes no se atascan con los caracteres del Kraftfahrzeug-Haftpflichtversicherung. No hay país sin tiempo. Lo que estoy aprendiendo es que puede ser tan agradable aprovecharlo como perderlo.