(EN TRÁNSITO PERSONAL). He estado unos días fuera. Lo digo ahora, que todavía no estoy dentro. Me he dedicado bastante a uno de esos dispositivos electrónicos que permiten, mediante mandos apropiados, simular escenarios virtuales en diferentes tipos de pantallas (de cuando la RAE se pronuncia sobre los videojuegos, que algún día olvidé lo que son). Y me he entregado dos bastantes a nada. Sencillamente, porque era todo lo que me apetecía. Entre medias he frecuentado el consulado de un país poco vecino. Hablando rigurosamente, tengo la cabeza demasiado grande pero no lo suficiente como para asimilar conceptos como el de frontera. Quizá por eso, 174 folios burocráticos mediante, no tenga visado. Como ocurre con la esperanza de Kafka, parece que hay una plenitud total, pero nunca para nosotros. ¡¡¡Dfjlakdsf jfasdfjo fasldkj!!!