(BOGOTÁ, COLOMBIA). De Cali a Bogotá. Del hornillo a la nevera. Aunque no sea para tanto. Cuando me cierran una puerta abro dos ventanas. Por aquello de ventilar el ambiente. Y porque en esta sobrevivencia fracasa quien deja de creer en sí mismo, no quien se confunde con sus decisiones. Si alguien me pregunta eso de adónde vas a parar, sólo me queda contestarle que no lo voy a hacer. Soy osado, sueño. Vivo la osadía de soñar. Y como desplazado, disfruto más al conseguir las cosas que al mantenerlas. «El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideráis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacéis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado», dijo un tal Steve Jobs. Todo lo que es puede no ser, digo donde dijo Diego.