(BURGOS, ESPAÑA). Ahora que ya no nos miramos a los ojos. Ahora que ya no soy el mismo a mi regreso. Ahora que aún está lejos el olvido. Ahora que el mundo está recién pintado. Ahora que los duelos no se atreven a dolernos demasiado. Ahora que se atropellan las semanas y las horas son segundos. Ahora que ya no te pido lo que me das. Ahora que sueño de noche, que duermo de día. Ahora que recuerdo la fragilidad de tu grandeza, el quehacer despacio y quieto de tus gentes. Ahora que quizá nunca vuelva a verles, con quienes tantos momentos compartí. Ahora que me pierdo en lo aprendido. Ahora que estropeando a Sabina te escribo porque me voy. Ahora me despido pero me quedo. Ahora que el todo me sigue vedado. Ahora que aspirando a lo universal me topo con lo particular y relativo. Ahora y siempre gracias por dejarme ser testigo de esa mínima parte de tu acontecer diario. Ahora que me despido. Mañana que quién sabe.